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permite al presidente Assad prevalecer en
este conflicto, supuestamente, va a volver
a imponer su tiranía, y sus fuerzas van a
exterminar a los insurgentes suníes restan-
tes que componen la mayor parte de la
oposición. A su vez, las potencias com-
prometidas con el derrocamiento de
Assad, al hacer tan poco para llevarlo a
cabo, se están convirtiendo en cómplices
de su supervivencia. ¿Hay alguna alterna-
tiva realista?
La parálisis por análisis
Proveer armas a los rebeldes, por parte de
las petromonarquías árabes, pareciera que
solo podría aumentar el sufrimiento de
civiles sin desplazar el conflicto a favor de
los insurgentes. No obstante la resolución
humanitaria de ONU, la solución ha sido
crear corredores o zonas seguras para pro-
teger a los civiles.
La opción analizada por las potencias occi-
dentales podría ser neutralizar la superiori-
dad aérea de Assad, mediante aviones no
tripulados y operaciones cibernéticas que
podrían impedir el uso de bombas de
cañón, bombas de racimo y las armas de
fósforo contra objetivos civiles. Esta cam-
paña aérea no debe ser utilizada para pro-
porcionar apoyo a los grupos rebeldes
cuyos objetivos Occidente no comparte. El
objetivo sería reducir la presión del gobier-
no sirio sobre la población civil a fin de
permitir volver a una futura Ginebra para
negociar un alto el fuego.
Durante el pasado 2013, la amenaza de un
ataque quirúrgico occidental persuadió a
Assad para deshacerse de sus armas quími-
cas. Si se lo forzara ahora se le podría negar
la posibilidad de bombardear su camino a
la victoria. Assad puede resistir solo si es
capaz de derrotar a los insurgentes. Si se le
niega la victoria, su eventual salida al exilio
se convierte en una cuestión de tiempo.
A su vez, un alto el fuego en Siria podría
desatar, probablemente, una lucha caótica
por el poder, que no obstante, se supone
que siempre sería mejor que la lenta y pro-
gresiva masacre actual. También se deduce
que se necesitarían fuerzas de paz interna-
cionales para evitar una matanza de ven-
ganza tanto por parte de la oposición como
de los aliados de Assad.
Dada la casi certeza de que Rusia veta-
ría cualquier autorización del Consejo
de Seguridad de la ONU para una
acción aérea, y que a su vez, el Congreso
de EE. UU. respondería en igual forma,
para detener la guerra se necesitará de una
consensuada y conjunta legalidad nacional
e internacional, apoyada en sanciones de
distinto orden. Pero si la legalidad no llega,
la matanza continuará indefinidamente.
Occidente debe considerar que su inacción
ha reforzado las posturas de Rusia, Irán y
Hezbollah. También se debe ser conscien-
te de que, de no lograr una pronta solu-
ción, Siria se convertiría en el próximo
frente de la guerra contra el extremismo
islámico, poniendo en peligro, a su vez, la
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Mapa
Presencia de Hezbollah en Siria
Bandera amarilla: Ubicación de los elementos de Hezbollah.
Bandera roja: Zona de mayor intensidad que impide el flujo de armas, tropas y ele-
mentos suicidas rebeldes hacia Damasco.
Fuente: Elaboración propia
