INTERNACIONALES
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unque el presidente Enrique Peña
Nieto ha advertido que no se debe
caer en triunfalismos, durante su
primer año de administración ha
cosechado importantes resultados
en su lucha por debilitar el poder
de las organizaciones dedicadas a la narco-
criminalidad. La detención en Mazatlán
(Sinaloa) del “Chapo” Guzmán y la
muerte en Tumbiscatío (Michoacán) de
Nazario “El Chayo” Moreno, durante un
operativo militar, fueron los últimos dos
golpes de una larga cadena de arrestos y
detenciones. Según información de la
Procuraduría General de la República
(PGR), suministrada en diciembre pasa-
do, las fuerzas del orden lograron neutra-
lizar el último año a 69 importantes capos
narcos, quienes figuraban en la lista de los
112 más buscados dentro del territorio
mexicano.
Tomando el citado reporte de la PGR, la
organización que sufrió el mayor número
de bajas a lo largo de 2013 fue la de Los
Zetas, con cuatro muertos y 23 detenidos.
Le siguió el cartel del Poniente, que opera
en la región de la Comuna Lagunera entre
los estados de Durango y Coahuila, y que
sufrió un total de 17 detenciones. Por su
parte, hubo siete detenciones de integran-
tes del cartel de Sinaloa, y dos de sus
miembros fueron abatidos. Se registraron
también tres detenidos del cartel del
Golfo; dos detenidos y un integrante abati-
do del cartel Jalisco Nueva Generación; dos
detenidos pertenecientes al cartel de Juárez;
y dos detenidos ligados al grupo de los
Arellano Félix. Completan la lista el grupo
de los Beltrán Leiva –un detenido–; La
Corona –un detenido–; Los Rojos –un
abatido–; La Familia Michoacana –un
detenido y un abatido–; y Los Caballeros
Templarios –un detenido en 2013–.
Las principales operaciones
El primer gran éxito del actual Gobierno
en su lucha contra la narcocriminalidad se
produjo en julio de 2013, cuando fue cap-
turado en Nuevo Laredo (Tamaulipas)
Miguel Ángel Treviño Morales, más
conocido como el Z-40, quien lideraba
entonces el temido cartel de Los Zetas. Al
conocerse la noticia, Barack Obama mos-
tró su beneplácito por el compromiso de
la nueva administración mexicana de
“continuar los esfuerzos para desbaratar
las operaciones internacionales de la
droga”. En enero pasado, se supo que una
corte de Nueva York pedirá la extradición
del Z-40 a EE. UU. por cargos que inclu-
yen, además del tráfico de estupefacientes,
conspiraciones para asesinar a miembros
de los propios Zetas, a narcotraficantes
rivales y agentes de seguridad. Mientras
tanto, en febrero pasado, su hermano José
Treviño Morales fue sentenciado por un
tribunal de Texas a 20 años de prisión por
lavado de dinero.
En los siguientes meses comenzó a cerrar-
se el cerco sobre el cartel de Sinaloa. En
noviembre del año pasado, la DEA detu-
vo en Arizona a Serafín, hijo de Ismael
Zambada García, más conocido como “El
Mayo”, número dos del “Chapo”
Guzmán en esa organización delictiva. Su
hermano mayor, “Vicentillo”, había sido
capturado en 2009 en México y luego
extraditado a EE. UU. La saga continuó
La detención del “Chapo” Guzmán, capo del cartel de Sinaloa que se encontraba prófugo
desde hacía trece años, y el deceso de Nazario “El Chayo” Moreno, líder de Los Caballeros
Templarios, han sido los dos últimos éxitos del gobierno de Enrique Peña Nieto
en el combate a la narcoviolencia en el país
De la Redacción / Fotos: AFP.
México
Golpe al narcotráfico
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