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COLUMNISTA INVITADO
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Los dilatados apoyos
a la oposición
El sostén principal de la oposición ha sido
el incremento en personal que tuvieron los
principales grupos combatientes: Jabhat al-
Nusra y el Estado Islámico de Irak y Siria
(conocido como ISIS en inglés). En ambos
casos, con vinculaciones manifiestas con el
grupo Al-Qaeda, que sigue atrayendo a
combatientes y eventuales terroristas suni-
tas de todo el mundo (extra Siria), razón
por la cual Occidente duda aún del tipo de
armamento a proveer a la oposición, que
incluiría misiles antitanques y antiaéreos
lanzados desde el hombro.
Respecto del personal, Turquía corrobo-
ró un incremento de ingreso de sunitas
iraníes a través de su frontera, porque no
necesitan visa para pasar en refuerzo de
los rebeldes desde su país a territorio
turco. Otros ingresan por el otro lado de
la frontera siria con Irak, en razón de su
porosidad.
Relacionado con el comando del Consejo
Supremo Militar (SMC, en inglés), que
dirige las acciones de los combatientes
rebeldes, el coronel Abd al-Ilah al-Bashir
reemplazó al brigadier general Salim Idris
como jefe de Estado Mayor en razón de la
“ineficacia” del comando y de la necesidad
de su reestructuración. Se le atribuye que,
durante 2013, el SMC haya perdido su
influencia en los grupos rebeldes islamistas,
especialmente, en aquellos vinculados a Al-
Qaeda. El cambio de mando se produjo
después de la segunda ronda de conversa-
ciones de paz en Ginebra (el 21 de febrero
de 2014) como forma de lograr un desba-
lance favorable militar antes de la eventual
tercera ronda de negociaciones.
La evolución de la conciencia
internacional
Si bien las capacidades de combate del régi-
men gobernante sirio, representadas por
un importante apoyo de Hezbollah, Irán y
Rusia, han mejorado, y, simultáneamente,
las debilidades de los rebeldes son cada vez
más pronunciadas, no se ha logrado un
manifiesto desbalance que permita vislum-
brar al bando triunfante en el conflicto.
A pesar de la indecisa situación en Siria,
esta es especialmente importante para Irán
y para Hezbollah en términos geoestratégi-
cos, por su capacidad de actuar como cone-
xión que fortalezca el bloque establecido
entre los tres. Este renovado apoyo le per-
mitió a la delegación siria evitar hacer con-
cesiones en las negociaciones de paz.
El refuerzo de armamento a la oposición
serviría para restaurar el equilibrio militar
en el terreno después de los constantes
avances de las fuerzas gubernamentales. No
obstante, en un conflicto tan complejo e
impredecible, una estrategia de este tipo
podría fácilmente ser contraproducente.
Llegado a este punto, el estado actual de
la situación siria, deriva en que, por el
momento, la conciencia internacional
supone que nada más se puede hacer. Las
primeras apreciaciones coinciden en que
cualquier acción militar sería tan perver-
sa -llevando a los yihadistas de la oposición
al poder- como inútil -pues solo se cambia-
ría de un mando autoritario a otro-. El uso
de la fuerza, a su vez, también pondría en
peligro otros objetivos estratégicos, como
asegurar un duradero acuerdo nuclear con
el principal apoyo chiita del gobierno sirio:
Irán.
Cumplidos tres años de conflicto, el pro-
blema es que la conciencia internacional
puede interpretar al realismo como fatalis-
mo o como resignación disfrazada de pru-
dencia. Cualquier realista tiene que hacer
frente al hecho de que no habrá (por el
momento) una aplicación creíble de la
fuerza contra el régimen sirio, y que tam-
poco se vislumbra una transición negocia-
da que conduzca a la salida de Assad.
A pesar de los esfuerzos del enviado espe-
cial de la ONU, el argelino Lakhdar
Brahimi, en ambas oportunidades de las
conversaciones de paz en Ginebra entre el
gobierno sirio y la coalición de la oposición
no se logró ni siquiera un prolongado alto
el fuego para permitir un adecuado ingreso
de ayuda humanitaria. Solamente se obtu-
vo una resolución del Consejo de
Seguridad de la ONU, aprobada por una-
nimidad el 22 de febrero de 2014, que exi-
gió a Siria que detuviera inmediatamente
los ataques contra civiles y que permitiera
el acceso humanitario sin restricciones a las
zonas sitiadas y a las fronteras vecinas. La
acción marcó la primera vez que Rusia se
comprometió a una resolución vinculante
contra el régimen del presidente sirio desde
que se inició el conflicto.
A pesar de que las fuerzas de la oposición
han sido debilitadas por las derrotas milita-
res, la ventaja estratégica de Assad no le
permite ningún incentivo para conceder
nada. También, si por el contrario se le
>
La contra.
Manifestantes con la antigua bandera siria (de tres estrellas), adoptada por las fuerzas rebeldes
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