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quedado ciego por una bala perdida.
Entonces, en el 97 y en el 98, cuando me
entero de que iba a ser candidato y que tenía
tantas probabilidades, empecé a participar
más. Yo siempre he tratado de estar presente
y ser parte de grupos venezolanos, porque el
desarraigo me ha costado mucho. Aquí,
muchos venezolanos querían votar por Irene
Sáez. Y yo decía que eso estaba muy bien
porque ella es una mujer muy culta, pero yo
planteaba que había que votar a alguien que
le hiciera frente a Chávez. Ese era mi discur-
so en la cola de votación de la Embajada. Yo
le decía a todo el mundo que no votase por
Irene, porque eran votos que perdían los
demás candidatos en favor de Chávez.
T.B.:
O sea, vos ya percibías que lo de
Chávez no te gustaba…
A.P.:
No me gustó nunca porque él es un
militar, y un militar al que no le importó ir
contra la democracia.
T.B.:
¿Y qué pasó con tu familia?
A.P:
Mi familia y amigos cercanos conocían
la historia que a mí me marcó, la de Antonio
Guerra. El golpe había sido un “por ahora
no ganamos”. Entonces, yo creo que entre
mi familia y amigos cercanos no hubo quien
votara por Chávez. Pero después hubo gente
que empezó a cambiarse al chavismo por las
ayudas sociales, en especial aquellos más
necesitados económicamente. Hubo gente
que cambió y que de nuevo volvió a cambiar,
porque las ayudas ya no alcanzan.
T.B.:
¿Y tus amigos, Fanny?
F.S.:
Mis vecinos, de clase media y profesio-
nales, cansados de los partidos tradicionales,
lo votaron. Muchas personas, trabajadores
de buena situación económica, votaron por
él. Y no solo eso, sino que cuando asumió y
empezó a haber escándalos de corrupción,
ellos decían que era culpa de los ministros,
porque el presidente tenía ganas de hacer
cosas pero estaba mal asesorado y no sabía lo
que ocurría abajo. Nosotros somos cinco
hermanos, yo soy la mayor. Mi hermano
vive con su esposa y su hijo en Estados
Unidos desde hace ocho años, ellos tomaron
la decisión de irse a raíz de la situación de
Venezuela, no tanto la económica sino la
política y la inseguridad, porque la inseguri-
dad es un tema muy serio en Venezuela.
Tengo dos hermanas mellizas que viven en
Caracas, y mi hermana menor vive acá, en
Buenos Aires, desde hace 6 años. Ella milita-
ba en un grupo de jóvenes, en un movi-
miento que trataba de informar sobre la
situación venezolana, y en un momento
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Lejos del terruño.
Arielis y Fanny decidieron emprender nuevos rumbos en nuestro país, dejando atrás a su familia y amigos en Venezuela
