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ENERGÍA
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a industrialización y urbaniza-
ción de China continuarán
acelerándose y la demanda de
energía seguirá aumentando”,
advertían las autoridades de
Beijing en un documento
sobre política energética
publicado en octubre de 2012. Allí se
reconocía que la dependencia del exte-
rior se había incrementado notablemen-
te durante la primera década del siglo
XXI, al pasar del 32 por ciento al 57 por
ciento del total de petróleo consumido
en el país. Esa cifra llegará al 77 por
ciento en 2030, según las proyecciones
de la Agencia Internacional de la
Energía (AIE). Para hacer frente a esa
urgente necesidad de nuevas fuentes de
aprovisionamiento, el gobierno chino y
sus principales compañías estatales han
comenzado a dar importantes pasos
fronteras afuera. No se trata únicamente
de acceder a una materia prima funda-
mental para el desarrollo económico del
gigante asiático. La diplomacia energéti-
ca encarada por Beijing es, al mismo
tiempo, un factor central para su seguri-
dad nacional.
China en busca de su
seguridad energética
En un trabajo publicado por la investiga-
dora Carla Fernandes, de la Universidade
Nova de Lisboa
–Contributo de Angola
para a Segurança Energética Chinesa–
, se
mencionan los aspectos centrales de la
“diplomacia energética” de China, que se
plantea como objetivo el abastecimiento
de petróleo “a través de la compra de par-
ticipaciones en mercados extranjeros,
exploración y perforación en el exterior”,
como así también “construcción de refi-
nerías, gasoductos y oleoductos”. “La
diplomacia energética funciona también
como un impulso importante para la
implementación del
going out
(Qu Chu
Zou)”, destaca la autora, en referencia al
proceso de internacionalización de la
principales compañías chinas del sector.
Allí es donde entran en escena, como
actores protagónicos de esta ambiciosa
estrategia, los colosos estatales CNPC
(China National Petroleum Company),
Sinopec (China National Petrochemical
Corporation) y CNOOC (China
National Offshore Oil Company).
Según explica Fernandes, desde finales de la
década del 90, CNPC, Sinopec y CNOOC
cuentan con el “apoyo político, diplomáti-
co y financiero” del gobierno chino, lo que
se traduce –en términos económicos– en
acceso a créditos preferenciales de bancos
comerciales, como el China Eximbank o el
China Development Bank. Desde el punto
Con el objetivo de diversificar sus fuentes de aprovisionamiento de crudo, China se
propuso en la última década hacer pie en el continente africano. ¿Cuáles son las
características de esta nueva “diplomacia petrolera” y cómo se explican los disímiles
resultados conseguidos en Angola y Nigeria?
Por Mariano Roca / Fotos: APF.
China y diplomacia energética
La nueva conquista de África
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