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SEGURIDAD VIAL
(*) por la
Dra. Lucila Haidar
LA SEGURIDAD VIAL COMO
POLÍTICA DE ESTADO
Un desafío en la formación de redes públicas de gestión.
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L
os datos estadísticos de los últimos años revelan cifras apabullan-
tes que muestran la pérdida de vidas y la cantidad de personas
que sufren perdidas de sus capacidades físicas producto de acci-
dentes de tránsito.
En relación con esta realidad impactante, es que el Estado debe pro-
pender a generar políticas sustentables en el tiempo que permitan pla-
nificar acciones que den como resultado la significativa disminución de
todo tipo de accidentes.
La seguridad vial es responsabilidad de todos, de aquellos que condu-
cen un vehículo, también de los peatones; de quienes transitan por las
rutas como también de quienes circulan dentro del casco urbano de
las ciudades.
Verdad es que el Estado solo no puede proporcionar todas las solucio-
nes, es necesario lograr que se involucren en las mismas todos los acto-
res, las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación,
los habitantes, todos.
Sabido es que este flagelo tiene un alto contenido de error humano, que
se materializa toda vez que no se cumple con las normas vigentes, y que
el accionar del hombre se torna contrario a la preservación de la vida.
Desde 1994 rige la Ley de Tránsito Nacional 24.449 a la que hoy todas las
provincias, adhirieron. Esta Ley que trazó ejes de gestión, prevención y
control para todo el país, no logró cohesionar por si misma, las acciones
necesarias para lograr los resultados esperados al sancionarla.
Esta situación motivó la formación de muchísimas organizaciones de
la sociedad civil, reclamando por otras formas de gestión o tratando
de suplir al Estado en la elaboración de planes de concientización, que
pusieran de manifiesto la gravedad del tema y la proyección de los re-
sultados negativos en ascenso sostenido.
Pero recién con la Ley 26363 sancionada el 9 de abril de 2008 y promul-
gada el 29 de abril, se consolida la decisión de una política de estado
dando pautas de una gestión integral en la materia.
MODO ARTICULADO DE GESTIÓN
La idea de una red federal para lograr la prevención y el control del
tránsito en las rutas y ciudades, parte de dos realidades legales: las fa-
cultades no delegadas por las provincias a la Nación y las autonomías
municipales que ejercen el poder de policía en sus respectivas juris-
dicciones. A priori parecen situaciones difíciles de articular, toda vez
que una diversidad de temas que deben abordarse provocan intereses
encontrados a veces no fáciles de resolver, aún así hay que asumir el
desafío, por cuanto es el único modo de consolidar políticas.
Una política de Estado no se concreta solo con la decisión o su sola
mención, se realiza con la construcción paso a paso, con acciones con-
cretas, eficientes, eficaces y perdurables en el tiempo, más allá de las
decisiones circunstanciales.
Como en tantas otras áreas y en consonancia con la actual ley existe
conformado el Consejo Federal de Seguridad Vial, en la órbita del Mi-
nisterio del Interior y Transporte que es el ámbito de concertación y
acuerdo para la elaboración de políticas de seguridad vial; y la Agencia
Nacional de Seguridad Vial, que es el órgano de articulación ínter ju-
risdiccional de esas políticas para consolidar un accionar univoco. Este
Consejo que está compuesto por funcionarios de las 24 jurisdicciones
es el ámbito en el que estamos generando un modo articulado de ges-
tionar, para armonizar la normativa y encontrar un idioma común como
forma de lograr que la norma vigente deje de ser letra muerta para pasar
a partir de su interpretación a ser regla aplicable en forma efectiva.
Esto implica el trabajo mancomunado e integrado, trabajo que permite
fortalecer acciones y potenciar recursos al interior de las jurisdicciones
y tener una visión omnicomprensiva del tema a la hora de encauzar la
gestión y analizar la problemática en el marco federal.
BAJAR LA SINIESTRALIDAD
Gestionar en un tema con tantas aristas implica cuatro aspectos que
son fundamentales:
• 1º Tener muy claro el objetivo.
• 2º Despojarse de las sectorializaciones, que generalmente, encontra-
mos en el ámbito de la administración.
• 3º Trabajar entendiendo que generar conciencia, en este caso, significa
modificar culturas.
• 4º Que el compromiso debe ser asumido por todos los sectores in-
volucrados.
El objetivo principal que perseguimos es el de bajar la siniestralidad.
De hecho que el ideal sería a cero, pero es ingenuo tal planteo, por lo
tanto se complementa con un proceso de concientización y educación
que debemos propiciar tanto para conductores como para peatones,
como co-responsables del accionar en la vía pública y de respetarse
mutuamente.
En el segundo punto donde hablamos de evitar la competencia entre
sectores dentro de la administración, significa trabajar entendiendo que
la gestión se nutre de todas las acciones, ya la sociedad no tolera la
falta de resultados por burocratización estéril y que además para quie-
nes tenemos la responsabilidad de resolver los problemas de la gente
pasa a segundo plano quién gestiona primero, lo importante es que los
resultados sean concretos.
Trabajar entendiendo que generar conciencia significa modificar cultu-
ras, es entender que el problema de los comportamientos en quienes
conducen, es un problema cultural. Debemos ser consientes que las
leyes están, por lo tanto cumplirlas por si disminuiría los riesgos signi-
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