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ESTILO
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La periodista francesa es la primera mujer en dirigir el diario
Le Monde
. Cubrió grandes
conflictos internacionales en los que se destacó por su imagen de provocadora profesional.
Sin embargo, ella se describe como una “reportera de base”.
Natalie Nougayrède
La primera
“La información de calidad no puede ser
gratis”, sostiene Natalie Nougayréde duran-
te una entrevista. Ella es la primera directo-
ra mujer del diario
Le Monde
, vespertino de
centroizquierda francés.
Para sus colegas, Natalie es una excelente
periodista; sin embargo, ninguno puede
decir casi nada de su vida personal, excepto
que es una mujer elegante. De hecho,
alguien la bautizó como “la embajadora del
charme
de la marca
Le Monde
”.
Periodista de raza
Nació en 1966 en Dijon. Hija de un inge-
niero de minas expatriado, se crió en el
Reino Unido y Canadá. En Francia, empe-
zó la carrera de Medicina, pero la abandonó
pensando que el periodismo la ayudaría a
viajar y a vencer su timidez.
Tras la caída del muro de Berlín, decidió
viajar con unos amigos a Europa del Este
para contar cómo fue el hundimiento del
comunismo. Fue colaboradora de
Libération y se sumó a Radio France
International y la BBC.
En 1997 firmó contrato con
Le Monde
. Fue
corresponsal en Rusia entre 2001 y 2005.
Durante su estadía denunció los crímenes
de Estado cometidos por Vladimir Putin en
Chechenia y la guerra de Kosovo.
Su carrera siempre se destacó por mantener
la calidad e independencia del oficio. En
2005 ganó el premio Albert Londres. Tras
obtener el reconocimiento, pasó a la corres-
ponsalía diplomática de
Le Monde
.
Nuevo trabajo
En 2012, tras la muerte del director del ves-
pertino, Erik Izraelewicz, la dirección del
diario quedó vacante. Una noche de enero,
Natalie se animó a mandar un correo a sus
colegas anunciando su candidatura.
Finalmente, fue elegida por la Sociedad de
Redactores con un apabullante 79,9 por
ciento de los votos.
A Nougayrède le esperan seis años de inten-
so trabajo. Desde su nuevo rol, sostiene que
si bien el papel no va a desaparecer, la idea
es darle razones al lector para pagar 1,80
euros por el periódico. Su objetivo es conso-
lidar el diario a partir de “lo que realmente
sabemos hacer: ir a los sitios donde pasan las
cosas, hablar con la gente, ver qué hay detrás
de los informes y los discursos oficiales”.
Su objetivo será “culminar la revolución
digital” iniciada por su antecesor. Si bien en
su cuenta de Twitter realizó una sola publi-
cación, ella plantea que el futuro de la pren-
sa debe combinar “la rentabilidad de las
nuevas plataformas” con “el prestigio de
una edición en papel cada vez más selecta,
más pertinente y mejor escrita”.
