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a encuesta elaborada recientemente por

la Universidad Torcuato Di Tella y la

Universidad de San Andrés, con el res-

paldo de la CAF-Banco de Desarrollo

de América Latina, la Fundación

Konrad Adenauer en la Argentina y la

Fundación Vidanta –esta última presidida

por Roberto Russell, una de las mayores men-

tes del estudio de las Relaciones

Internacionales en América Latina–, constitu-

ye una valiosa y meticulosa fuente para enten-

der lo que pasó en la Argentina en la última

década enmateria de política exterior y, lo que

es más valioso aun, para articular estrategias a

futuro.

El informe confirma una constante del siste-

ma de percepciones y preferencias de los

argentinos: el resquemor y desconfianza hacia

los EE. UU. Nada menos que un 45 por cien-

to de los encuestados considera que la super-

potencia no es un factor positivo para la paz y

estabilidad internacionales. Lo siguen de lejos

Rusia, con un 14 por ciento, y Gran Bretaña,

con 11 por ciento. Este último índice, bastan-

te reducido, es un dato sorprendente, tenien-

do en cuenta el litigio que aún mantenemos

por las Malvinas e islas del Atlántico Sur.

Los países mejor vistos en este ítem son

China, con 17,6, y Francia, con 16,1. Para

completar el cuadro de resquemor hacia

Washington, un 69 por ciento afirma tener

desprecio e indiferencia hacia el país del norte,

lujos que se puede dar la compleja psiquis

argentina. Mientras un 29 por ciento ve a EE.

UU. directamente como una amenaza, el 69

por ciento aquí mencionado muestra que esto

dista de ser atribuible a algún sector político o

ideológico en particular, sino que corta clases

sociales, niveles de educación y preferencias

partidarias.

Volviendo al tema de la psiquis argentina, la

abundante cantidad de profesionales de esta

especialidad que existe en nuestro país podría

hacerse un festín con el siguiente dato. Parte

sustancial del resquemor y malestar del argen-

tino hacia la superpotencia no es tanto por lo

que le hizo o hace al país, sino por lo que no

hizo o no hace.

Cabría recordar que la Argentina lidera los lis-

tados mundiales de dólares en manos de par-

ticulares. En otras palabras, nos refugiamos de

nuestras inflaciones, cíclicas crisis y realismo

mágico económico en la moneda del país que

una amplia mayoría ve con malos ojos. Como

diría Borges sobre el peronismo, aunque esta

vez aplicándolo a todos los argentinos, “no

somos ni buenos ni malos, solo incorregibles”.

Pero volvamos a los fríos índices. Nada más y

nada menos que un 52 por ciento quiere que

China sea un país más poderoso económica-

mente que EE. UU. Si el gran Scalabrini

Ortiz leyese la encuesta, seguramente vería

que su famosa máxima no ha calado hondo

en la Argentina: no solo hay que cambiar de

COLUMNISTA

///

L

Política exterior argentina

Un GPS para el próximo presidente

Una encuesta reveló lo que piensan y esperan los argentinos

en materia de política exterior. Desconfianza hacia los EE. UU.,

buena valoración de China, muchas incongruencias y algunas

pistas para ordenar las relaciones internacionales del país.

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Panorama internacional

Fabián

Calle