Soy Nicanor, dicen que soy
picante, pero solo tengo pocas
pulgas.
Le adelanto unas cuantas líne-
as, señora… porque parto para
Nápoles a aflojar las tensio-
nes. No sé qué bicho le picó
a mi jefe, pero ni una queja a mi pedi-
do de irme de vacaciones. No sé si lo
agarré contento por las elecciones,
porque nunca me dice a quién vota. O si
será porque bajaron las retenciones a
la soja y sé que el pícaro tiene algu-
nas hectáreas escondidas… O, tal vez,
es amigo de Luis Ventura y festeja que
lo hayan elegido presidente de APTRA
( qué mal estamos los argentinos,
señora!!!). A mí, de solo pensar que
entregará los Martín Fierro me da dolor
de estómago. Pero uno nunca sabe con mi
jefe, bastante pirucho, por cierto. Lo
único cierto es que me abrieron la
jaula, y a jaula abierta: el pájaro
vuela.
Soy Nicanor, las más de las veces
picante, siempre pocas pulgas.
Aprovecharé la distancia
que a veces acerca y que
permite ver las cosas con
pasión pero sin locura, para
mirar un poco este tiempo de
locos. La política argenti-
na casi me manda al hospi-
tal, y para qué hablar de
las noticias que vienen de afuera!!!
Porque estos trastornados que andan
volando gente en nombre de Mahoma
sí que me mandaron al diván del
psicólogo. Y no es que haga dife-
rencia de muertos, porque muertos
son todos, los de Siria, Irak o
Somalía, pero, ¿qué quiere que le
diga, señora? Los franceses del
Bataclán me pegaron remal!!! Pasan
las semanas y es peor todavía,
porque me sale el espíritu metale-
ro. Aunque no lo crea, por más que
sea yo un veterano y tome
Hesperidina, escucho a diario a
los Eagles of Death Metal, los
muchachos que tocaban en París y
ahora pongo su cinta Peace Love y
quedo hecho una ruina.
Soy Nicanor, dicen que soy pican-
Soy Nicanor, dicen que soy picante,
pero solo tengo pocas pulgas
@PicanteNicanor
nicanor@taeda.com.ar