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COLUMNISTA INVITADO
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n la IV Cumbre América del Sur-
Países Árabes (ASPA), celebrada en
este oasis en el desierto en noviem-
bre de 2015, confluyeron dos reali-
dades distantes y diferentes, aun-
que rigurosamente emparentadas:
el parón económico sudamericano, con
materias primas a precios en picada y esca-
sas perspectivas de crecimiento, y el enfria-
miento de las economías petroleras, desa-
lentadas por la depreciación de su principal
fuente de recursos. La caída del precio del
barril, de más de 100 dólares en 2014 a
menos de 40 en 2015, provoca grandes
movimientos en el tablero geopolítico del
planeta y supone, a su vez, una fenomenal
transición en el modelo económico.
El precio no se recuperará hasta 2020,
según la Agencia Internacional de la
Energía (AIE). Entre 2005 y 2014, con el
crudo en alza, la riqueza se trasladó a
Estados poco democráticos como los de
Medio Oriente, donde no por casualidad
estalló la Primavera Árabe en 2011. Las
revueltas, con excepción de las iniciales en
Túnez, derivaron en dilemas irresueltos,
como las guerras en Siria y en Yemen; la
partición del poder de Libia en dos gobier-
nos; y el retorno al autoritarismo en
Egipto. En América Latina, más allá de la
bonanza de la última década, empeoró la
calidad democrática y la aprobación de los
gobiernos cayó al ritmo de las materias pri-
mas: del 60 por ciento en 2009 al 47 por
ciento en 2015, observa Latinobarómetro.
Quizá se trate de una profecía cumplida.
En 2007, cuando por primera vez en la his-
toria comenzó a vivir más gente en la ciu-
dad que en el campo, el gobierno británico
avisó que la clase media iba a sustituir al
proletariado en la visión clásica de Marx e
iba a promover una revolución. Al año
siguiente, tras el colapso de la burbuja
inmobiliaria de los Estados Unidos, estalló
la crisis global. En Islandia, nació el 11 de
octubre de 2008 el movimiento Voces del
Pueblo, imitado por los indignados espa-
ñoles el 15 de mayo de 2011 y por los nor-
teamericanos poco después. En unos
meses, el Parlamento islandés debió ser
disuelto. Hubo elecciones generales. En un
referéndum, los islandeses resolvieron no
pagar su deuda externa.
En un país remoto de 330.000 habitantes,
menos impactante que España, había
comenzado la revolución de la clase media,
replicada con fortuna esquiva durante la
Primavera Árabe. Primó el rechazo a la ine-
quidad y la corrupción. A finales de 2015,
el uno por ciento de la población mundial
El gobierno de Macri asume en un contexto mundial en el cual la caída
del petróleo y de las materias primas coincide con vertiginosos
movimientos geopolíticos.
Fotos: AFP.
Decisiones cruciales para el Estado
Nuevo mundo, viejos hábitos
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El Autor
Jorge Elías
Especial para DEF desde Riad, Arabia Saudita