CAMBIOS EN LA FILOSOFÍA ACERCA
DEL MANEJO DE AGUAS URBANAS
En los últimos años se han evidenciado importantes cambios en el régimen de lluvias.
Los motivos están en amplia discusión, pero el hecho es que la intensidad de las
mismas ha crecido considerablemente.
E
n toda urbanización se hace necesario hacer un manejo de las
diferentes calidades de agua que podemos encontrar en la
misma: agua potable, residual (cloacal y/o industrial) y pluvial.
Tradicionalmente, el manejo en los dos últimos casos se viene realizan-
do mediante sistemas de captación hacia grandes conductos para su
transporte hasta un cuerpo receptor (río, mar, etc.). Muchas veces el
transporte de ambos líquidos se hace en forma conjunta (en un mismo
conducto) y por lo general, sobretodo en grandes ciudades, los volú-
menes transportados son muy importantes y, por lo tanto, también los
conductos. Adicionalmente, la directriz de diseño de estos conductos
suele estar enfocada en colectar y desprenderse de esos grandes volú-
menes lo más rápidamente posible, tarea que suele estar a cargo de las
autoridades municipales.
En el caso de las aguas residuales, los caudales a conducir dependerán
de la densidad de población y de la dotación (consumo diario de agua
por habitante y por día) de dicha población. Por otro lado, en el caso
de las aguas de lluvia, los conductos son dimensionados en base a tres
factores principales: área de la cuenca (superficie por la que escurre
el agua de lluvia), permeabilidad del terreno, e intensidad de la lluvia.
Obviamente, este último factor es impredecible y, para ello, se recurre a
las estadísticas y las tendencias, con lo que los conductos se diseñan en
base a una lluvia que tiene una determinada probabilidad de ocurrencia
(una vez cada dos años, cada diez años, etc.)
En los últimos años se han evidenciado importantes cambios en el régi-
men de lluvias. Por ejemplo, para la Ciudad de Buenos Aires, las estadís-
ticas muestran un crecimiento de un 35% en el promedio de mm caídos
entre 1900 y 2000.
Asimismo, como se observa en la Figura 2, en esa ciudad el número de
eventos superiores a los 100 mm/día pasó de un total de 19, entre 1911
a 1970 (50 años), a 33 en tan solo 20 años (entre 1980 y 2000) y, si agre-
gamos el período 2000-2013, el núero es superior a 40 eventos (en 32
años).
Por otro lado, a los cambios en las precipitaciones se le agrega el cre-
cimiento urbano, con el reemplazo de áreas verdes por superficies im-
permeables, por un lado, y el alteo de las calles llevado a cabo al pavi-
mentar por encima de los adoquinados o pavimentos existentes (lo cual
impacta negativamente no solo sobre los volúmenes a transportar sino
también en los que se acumulaban naturalmente bajo la cota del cordón
de vereda y en las pendientes de las cunetas, o sea, en toda la mecánica
de transporte liquido hacia los sumideros ). Todo esto produce una mo-
dificación en los caudales a transportar por el sistema pluvial, muchas
veces colmatándolo y generando graves problemas de inundación.
De acuerdo a lo anterior, se impone, por un lado, que en las grandes ciu-
dades profundicemos el análisis de recurrencias en las precipitaciones,
de manera que el mismo resulte apto para plantear los escenarios, con
un estudio de Riesgo y Vulnerabilidad, que permita establecer un crite-
rio adecuado de inversiones en base a éstos y no sólo a una recurrencia
adoptada.
Por otro lado, diseñar conductos para transportar el 100% de volúmenes
de agua de lluvia, como los que se vienen evidenciando en los últimos
años, es muchas veces económica y/o técnicamente inviable, además
de generar un impacto debido a que la solución es muy diferente al
proceso natural previo a la urbanización.
Entonces, ¿qué podemos hacer? ¿Existe solución al problema?
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VIAL 91
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MAY / JUN 13
Figura 1.
Medición histórica de precipitaciones, Ciudad
de Buenos Aires.
Figura 2.
Eventos de más de 100mm/día.
40
20
30
19
33
10
0
1911 - 1970
años
1980 - 2000
(*) por los
Ings. :
Adolfo Guitelman
y
Sandra M. Pérez
MEDIO AMBIENTE
